En el Encuentro internacional de Arte de Medellín MDE 11 me llamó la atención el trabajo de la artista argentina Adriana Bustos (Bahía Blanca, Argentina, 1965) conformado por mapas, dibujos, videos y fotografías, con los cuales establece una analogía entre las rutas de las “mulas” del narcotráfico actual y las rutas del tráfico de mulas en la época de la Colonia en Suramérica. Estas obras pertenecen al gran proyecto Antropología de la mula, el cual también se puede ver desde ayer en la 12 ª Bienal de Estambul.
La serie de dibujos a gran formato identificados como Las Rutas son el resultado de las entrevistas realizadas a mujeres que están cumpliendo condena por delitos relacionados con el narcotráfico en la penitenciaría de Bouwer, en la ciudad de Córdoba, Argentina. De manera semejante a las "mulas" humanas que transportan grandes cantidades de cocaína en cápsulas en el estómago o escondidas en su equipaje, las mulas en la Colonia eran utilizadas para transportar durante largos trayectos los metales preciosos que eran saqueados (de la mina de Potosí, por ejemplo) por los invasores europeos.
Adriana recurre a la cartografía de territorios, las rutas y otros instrumentos de representación para producir imágenes que transmiten las relaciones entre los datos históricos, sociales y económicos investigados. La yuxtaposición de imágenes aparentemente inconexas en el tiempo debe ser entendida como nodos conectados sin jerarquías a niveles heterogéneos, utilizados por la artista como una forma de documentar intensas asimetrías socio-económicas y culturales imperantes en la realidad latinoamericana.
La 12ª Bienal de Estambul explora la rica relación entre arte y política y toma como punto de partida el trabajo del artista cubano-americano Félix González-Torres (1957-1996). Este artista estaba en profunda sintonía con realidades tanto en el plano personal como en el político, prestando una rigurosa atención a los aspectos formales de la producción artística, basada en parte en el post-minimalismo y el conceptualismo y en parte simplemente en la vida cotidiana.
Los curadores Jens Hoffmann (Costa Rica-USA) y Adriano Pedrosa (Brasil) plantean que la 12ª Bienal de Estambul no tiene título porque, parafraseando a González-Torres, el significado siempre está cambiando en el tiempo y el espacio. Y dan la bienvenida a la Bienal en el espíritu de Félix González-Torres, que realmente quería hacer de este mundo un lugar mejor y creía que su arte podría ser un catalizador para el cambio.
En esta Bienal, la artista holandesa, de padres turcos, Eylem Aladoğan (Tiel, 1974) presenta una instalación titulada Listen to your soul, my blood is singing iron triggers that could be released, integrada por culatas y cañones de fusil y plumas que toman la forma de alas, sugiriendo los miedos al cambio, que como amenaza permanente interna deben ser combatidos con el fin de encontrar una realización existencial.
Por su lado, la colombiana Milena Bonilla (Bogotá, 1975) siguiendo con sus proyectos sobre Karl Marx, visita la tumba del importante filósofo alemán en el cementerio Highgate de Londres donde se inhumó su cadáver en 1883. Allí, elabora un video y un frottage de la lápida fúnebre, donde curiosamente se declara que Marx ya no está enterrado ahí sino en otro lugar cercano.
La obra Imemorial de la artista brasilera Rosângela Rennó (Belo Horizonte, 1962) se hizo en 1994, con base en las fotos de los archivos antiguos de Novacap, la empresa constructora del gobierno que construyó Brasilia, la nueva capital. De allí Rennó obtuvo aproximadamente 60 retratos de los trabajadores que murieron durante la construcción de Brasilia. Revelar estas imágenes de los trabajadores es el aporte a la memoria olvidada del pueblo, un comentario sobre el precio incalculable pagado en vidas humanas, para la realización del sueño modernista de la presidencia de Juscelino Kubitschek de una ciudad diseñada para el futuro.
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