Después de la Documenta de Kassel, es la Bienal de Venecia el segundo evento más importante del mundo en las Artes Visuales. Creada en 1895, la Bienal llega este año a su versión 54 bajo la dirección curatorial de la historiadora suiza Bice Curiger, quien ha elegido el lema ‘ILLUMInazioni-ILLUMInations’, en un juego de palabras que reúne las ideas de “luz” y “nación”. De tal manera que, según su directora, la Bienal de Venecia pretende “iluminar” al mundo del Arte con "un espíritu que traspasa los confines nacionales en una época en la que los artistas tienen una identidad poliédrica".
La crisis económica, la corrupción política, la guerra, el desempleo, las desigualdades de clases y hasta la primavera árabe son algunos de los temas que los artistas han tratado con mayor profusión para recalcar la necesidad de cambiar un sistema mundial en crisis total.
Hay algunas obras que han llamado mucho la atención de curadores, críticos, teóricos, directores de museos, galeristas y público general en esta 54 Bienal de Venecia:
En el pabellón alemán se reconstruyó una iglesia al tamaño real, que opera como una obra de arte total con instalaciones de pinturas, objetos y videos. Mediante esta inmensa escenificación que perturba a muchos se pretende referenciar la vida del artista Christoph Schlingensief (Oberhausen, Alemania, 1960–2010) que murió el año pasado a causa de un cáncer. Esta obra, A church of Fear vs. The Alien within, relata la experiencia del dolor y el sufrimiento por la quimioterapia y otros tratamientos muy agresivos para luchar contra el cáncer de pulmón y su experiencia cercana a la muerte. En las paredes laterales del pabellón se proyectan otras seis películas de diferentes etapas de su carrera artística.
En un enorme espacio de grandes superficies cubiertas de plateado, el artista Thomas Hirschhorn (Berna, Suiza, 1957) combina imágenes de lujo y moda con las de personas torturadas y ejecutadas que el autor recopiló durante diez años en periódicos y revistas de todo el mundo. La obra titulada Cristal de resistencia es como un gran supermercado con objetos usados y desechados del ámbito de la moda, que crea una especie de sendero fantasma del consumo y el desperdicio. El conjunto se completa con vídeos de las revueltas árabes y acuarios habitados por libros solitarios. Mira Más imágenes de la obra.
La obra El asesino de tu herencia de Adrián Villar Rojas (1980, Rosario, Argentina) consiste en 11 esculturas de arcilla de 6 metros de alto y 2.5 toneladas cada una. Es una instalación site-specific que el artista y sus asistentes empezaron a construir el pasado 20 de marzo dentro del Pabellón Argentino y que se puede asimilar a una ficción apocalíptica, en la que los últimos seres del planeta se confabulan para erigir una última obra artística de la especie humana. El proyecto es una suerte de laboratorio en el cual podemos pensar cómo van a ser reeditados los residuos de la cultura humana. “Son momentos de collage muy brutales entre arquitectura, ciencia ficción, animación japonesa y escultura geométrica abstracta”. El curador Rodrigo Alonso nos dice que las esculturas parten de un relato que desde un futuro hipotético reflexiona sobre el presente, desplegando cierta dimensión política de la fantasía. Desde una mirada situada en ese fin del mundo –el nuestro– nos propone repensar el lugar de la creación artística como un refugio de la existencia, la pasión y la sensibilidad”. Ver el video de la muestra.
The Clock es la obra del artista Christian Marclay (San Rafael, California, 1955) que consiste en un video que dura 24 horas, que se compone de secuencias extraídas de más de 3.000 películas. Los fragmentos introducen imágenes de relojes que marcan la hora exacta coincidiendo con la que el espectador tiene en su propio reloj. En un extraordinario ejercicio de montaje fílmico, Marclay examina cómo el tiempo, la trama y la duración se muestran en el cine a través de su historia, mientras que el video también es un reloj de trabajo que se sincroniza con la hora local. En cualquier momento, un espectador puede entrar a la sala, observar el trabajo y saber con certeza la hora del día. Por este video, el Jurado de la 54 Bienal de Venecia otorgó a Marclay el premio El León de Oro como el mejor artista al estadounidense.
Mike Nelson (Inglaterra, 1967) convirtió el pabellón inglés en un enorme laberinto y varias habitaciones con instalaciones que evocan la clase trabajadora de Estambul. En su obra titulada El Impostor, el público debe recorrer una sucesión de estancias desoladas y estrechos corredores a los que se accede agachando el cuerpo para contemplar vendajes usados, cuerdas rotas y otros restos que aluden a situaciones de tortura, secuestro e indefensión.
La propuesta Saqueo (Looting) de Regina José Galindo (Guatemala, 1974) está compuesta por ocho pequeñas esculturas de oro. Para realizar esta obra, la artista encargó a un dentista en Guatemala para que le hiciera ocho cavidades en los molares y obturarlas con oro de su país. Después viajo al viejo mundo, a la ciudad de Berlín, donde se sometió a la extracción de ese oro con el fin de crear las esculturas. Así, encarnó en su propio cuerpo el acto de saqueo vivido durante la colonización. “De un lado la conquista, la guerra, la política de tierra arrasada, la explotación de los suelos, el humillado. Del otro el conquistador, el que da las órdenes, el hombre del viejo mundo, el que levanta la mano y se queda con el oro” expresa la artista en su página Web.
Otra obra que ha sido muy apreciada por el público es el proyecto Gloria del duo Allora & Calzadilla. Los artistas Jennifer Allora (Philadelphia, 1974) y Guillermo Calzadilla (La Habana, 1971) que emplean lo performático como elemento sustancial de sus obras, presentan un tanque de guerra blindado vuelto al revés, cuyas chirriantes orugas son movidas por deportistas de élite que corren sobre una máquina trotadora con banda sin fin. Uno de los atletas que participan en el performance es el medalla de oro olímpico de decatlón Dan O’Brien. Gloria alude a temas de tanta actualidad como la competitividad, el militarismo y los nacionalismos, aunque permite un abanico de más profundas interpretaciones.
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