viernes, 10 de febrero de 2017

Matador por partida doble

El caricaturista Matador tiene la agudeza para encontrar el toque de humor en cualquier situación de la vida, ya sea política, social, cultural, religiosa, educativa, etc. Goza de la vena de la mordacidad, del fino sarcasmo que se enrosca como la serpiente y termina dando el mordisco de burla haciendo estallar la risa en el lector.
En el papel combina magistralmente el texto icónico con el verbal para potenciar la hilaridad y en algunos casos el desquite satírico con el prepotente personaje. Para la mayoría de los colombianos sin ningún poder una buena caricatura es un resarcimiento, una especie de venganza contra el político que hace de las suyas impunemente.
Tiene una línea simple en el dibujo, pero suficiente para delinear el contorno de los cuerpos. Su dibujo es de síntesis, sin adornos y a diferencia de otros caricaturistas va a lo que es, sin barroquizar la escena. El mensaje es directo y en la mayoría de sus obras no apela a un contexto formal.  
Como los mejores caricaturistas, Matador crea paulatinamente sus personajes y lo va construyendo, ajustándolo, hasta que su intuición artística le dice que ya está finalizado, como es el caso del personaje de Juan Manuel Santos, con un bonete militar que, aunque le cubre casi toda la cara, todos sabemos quién es.

--> Y es en la caricatura política donde mejor le ha ido, no obstante, su obra se pasea por todas las situaciones trágicas y cómicas del ser humano. Le dijo a un periodista que en Colombia él sentía que vivía en un paraíso, porque con tantos sucesos políticos de corrupción, injusticias, autoritarismo, robos al erario, los temas para sus caricaturas abundaban. Por ello, todos los días Matador otea el panorama, apunta con su afilado lápiz y dispara la caricatura, y por partida doble, a los políticos los mata de furia y a nosotros de la risa.
Matador en el XI Carnaval Internacional de las Artes. Teatro de Bellas Artes, Barranquilla