Se encuentra abierta al público hasta el próximo 21 de noviembre la XII Bienal de Arquitectura de Venecia 2010, bajo el lema People meet in Architecture, la gente se encuentra en la arquitectura. La muestra estará dirigida por primera vez por una mujer, la japonesa Kazuyo Sejima, quien obtuvo el codiciado premio Pritzker 2010 y está considerada como una de las grandes representantes de la arquitectura nipona contemporánea. Entre sus proyectos más famosos figuran el Nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York y el Museo de Arte Contemporáneo del siglo XXI en Kanazawa.
Esta exposición Internacional de la ciudad de los canales muestra esta vez creaciones que, en muchos casos, están más cerca del Artes Visuales en general que de la arquitectura propiamente dicha.
Tal es el caso de la composición Visual Cloudscapes de Matthias Schuler (Alemania) y Tetsuo Kondo (Japón) , quienes presentan en uno de los espacios dedicados a proyectos independientes una sala cerrada con una elevada concentración de humos que llega a crear una auténtica nube sobre los visitantes.
Esa acumulación de gases juega un papel relevante, ya que sirve para ofrecer al público la posibilidad de pasearse por encima de las nubes gracias a una pasarela circular que evoca un auténtico paso a nivel de cualquier ciudad con una densa capa de contaminación atmosférica.
No muy lejos queda la propuesta Your Split Second House del danés Olafur Eliasson, quien presenta un espacio oscuro en el que se destaca un estrepitoso sonido del agua al golpear el suelo cuando cae de tres mangueras colgantes descontroladas que se mueven por el mismo efecto del líquido en movimiento.
Las espirales hídricas que forman pueden ser contempladas en pequeños instantes de tiempo gracias a la luz de flashes estroboscópicos que “congelan” las imágenes del líquido que se precipita, logrando estampas de gran plasticidad. Eliasson explica que esa sucesión de imágenes encadenadas, pero separadas, es una alusión a la relación entre el pasado y el presente.
Y un proyecto que no ha pasado desapercibido es la casi invisible estructura del arquitecto japonés Junya Ishigami: 24 columnas, dispuestas como en un templo griego, de planta rectangular (14 por 4 metros), pero extremadamente delgadas, de pocos milímetros de grosor, unidas en sus extremos inferior y superior. El colmo del minimalismo. Aquí la gente se encuentra en la arquitectura porque esta, en su inmaterialidad, casi desaparece.
Una de las más trabajadas aportaciones del certamen la presentan los arquitectos indios de Studio Mumbai. Basándose en las técnicas constructivas tradicionales y en un estilo propio enraizado en el Movimiento Moderno, Studio Mumbai despliega una amplísima colección de maquetas propias, de herramientas, piezas y materiales de sobrios y bellísimos colores que consiguen recrear todo un mundo constructivo. La arquitectura no es aquí espacio para la reunión en un lugar, sino en un continuum temporal en el que los vivos nutren su aportación presente, innovadora, con un viejo acervo cultural.
Ligada a lo musical, es la propuesta del arquitecto Toyo Ito, afincado en Tokio. Aunque no sea lo más abundante en esta muestra, aquí se nos presenta un proyecto estrictamente arquitectónico. Concretamente, el de la Taichung Metropolitan Opera House, actualmente en construcción, cuya estructura es como una concatenación de gigantescos galets de hormigón. Algo parecido a una enorme esponja en la que los agujeros fueran mucho más grandes que las partes blandas.
Siéntete en la nube mirando un video sobre la obra Visual Cloudscapes.
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