El viernes pasado falleció el pintor alemán Sigmar Polke a los 69 años de edad en su casa de Colonia. Considerado como uno de los pintores alemanes contemporáneos más relevantes, padecía desde hacía años un cáncer.
Nacido en Oels, Baja Silesia, el 13 de febrero de 1941, Polke fue un incansable creador, calificado por muchos como un "alquimista del arte" por haber experimentado sin descanso hasta lograr, por ejemplo, que sus cuadros cambiasen de color al reaccionar a la contaminación medioambiental.
Polke estudió en la Academia de Arte de Düsseldorf y tuvo como maestros a Karl Otto Götz, Gerhard Hoehme y Joseph Beuys, entre otros. En los años 60 fundó junto a Gerhard Richter el Kapitalistischer Realismus o Realismo Capitalista, un anti-estilo como respuesta al pop art que basándose en aspectos de la publicidad, el cine o los cómics, buscaba caricaturizar distintos aspectos de la sociedad de posguerra. Esto llevó a algunos a describir a Polke como el artista pop anti-pop.
En la década de los 70, viajó a México, Australia o Pakistán, países en los que encontró nuevos elementos de inspiración que guardó para siempre gracias a su cámara fotográfica.
Casi todas sus obras estuvieron marcadas por temas políticos e históricos y en ellas intentó denunciar la manipulación de los medios de comunicación.
En cuanto a su técnica, se valió de elementos de la pintura moderna y la fotografía, imágenes extraídas de la prensa, la cultura popular, lo kitsch o la publicidad, junto con un dominio excelente de la serigrafía.
Su estudio era en realidad un laboratorio químico. En él experimentaba con distintos colores y materiales, tradicionales o radicalmente innovadores, exponiéndolos a determinadas temperaturas y condiciones que derivaban en un efecto u otro. Su trabajo ha sido muy influyente en las generaciones de los artistas más jóvenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario