domingo, 9 de mayo de 2010

Doris Salcedo: La artista más importante de Colombia en la escena global del Arte


 La escultora colombiana Doris Salcedo (Bogotá, 1958) se ha convertido hoy en la primera mujer en ganar el Premio Velázquez de Artes Plásticas, una distinción otorgada por el Ministerio de Cultura español dotada con 161.000 dólares.
En el acta de premiación el jurado reconoce "la madurez de su trayectoria y la calidad de su obra… su importancia determinante en la apertura a la escena internacional del quehacer de una nueva generación de artistas en Latinoamérica, así como el rigor de su propuesta, tanto en la dimensión formal como en cuanto a su compromiso social y político". Con la elección de esta artista colombiana "se concede al Premio Velázquez un carácter abierto a un trabajo sólido y vivo, con plena pujanza en la contemporaneidad". 
Salcedo es una de las artistas más importantes en la escena contemporánea internacional. Sus obras han sido expuestas en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, en la Tate Modern de Londres, en el Centro Pompidou de París, en el Art Institute de Chicago y en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid, entre otros.
Mayoritariamente, la obra de Salcedo gira en torno al grave problema de la violencia en Colombia y a su devastadora incidencia sobre la paz y la convivencia de los colombianos. La artista viaja a las zonas más deprimidas de su país y habla con las familias de los asesinados para incorporar sus testimonios a las esculturas e instalaciones que construye, porque "el artista no es una persona creativa", sino alguien que "conecta pensamientos, historias y materiales".  Utiliza a menudo muebles en sus esculturas, eliminando su naturaleza familiar y dándoles un aire de malestar y horror.
Una de sus primeras creaciones es Atrabiliarios, un mural compuesto de zapatos de mujer metidos en nichos y cubiertos por una película translúcida hecha con vejiga de vaca. Otra de la obras que la han convertido en la artista colombiana más afamada consistió en 280 sillas que se descolgaban paulatinamente en la fachada del Palacio de Justicia de Bogotá, símbolo de la masacre ocurrida allí cuando el grupo insurgente M19 se tomó y se hizo fuerte en el edificio y el ejército provocó más de 100 muertes entre magistrados, funcionarios, visitantes y guerrilleros durante el ataque para recuperar su control. A partir de entonces, Doris Salcedo dejó de ser una artista convencional, porque “aquella obra abrió la puerta a otros elementos, como el tiempo, el espacio público y la memoria".
Salcedo alcanzó niveles de popularidad mundial gracias a su obra Shibboleth, la famosa ‘grieta’ de 167 metros que creó en 2007 para la Sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres. El dramático agujero que rasgaba el suelo del museo londinense simbolizaba la división en clases y el racismo que existe en el mundo, “la separación que existe entre la humanidad y la falta de humanidad.”  
Doris Salcedo es conocida por el énfasis en el cuidado por el detalle y el rigor estético en cada una de sus piezas, para poder reflejar de la manera más directa la memoria de lo que pasa a las víctimas de la injusticia. “La fragilidad de la vida debe quedar reflejada con una obra técnicamente perfecta", según sus propias palabras.  Esa vulnerabilidad se hace patente en los materiales que utiliza para componer sus obras, procedentes de víctimas reales en muchos de los casos, y en lo efímero de esas creaciones, que evocan una Latinoamérica cuya historia se edificó con base en los despojos del pillaje colonizador, en "ruinas, no en obeliscos ni arcos de triunfos".

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