En la Trienal de Chile, que finaliza el 5 de diciembre, se muestra la obra Sismografía de Chile del artista Fernando Prat, como parte de la gran exposición “El Terremoto de Chile”, curada por Fernando Castro Flórez.
El proyecto consiste en la realización de un viaje por el territorio de Chile desde Arica hasta la Antártica, recolectando imágenes, huellas y registros de la geografía. La idea es relacionarse de manera directa con el límite geográfico, con su concentración de fuerza y manifestación, observando y trabajando la actividad sísmica, resumida como un proceso de acumulación y liberación de energía, que se va dando a lo largo de todo el territorio Chileno.
Presentando fotografías, videos, objetos, pinturas de humo, registros de performances, documentos, Sismografía de Chile pretende ampliar los límites establecidos por la Trienal de Chile 2009, abarcando desde una dimensión geológica el territorio nacional. Justamente, el lema de la Trienal es “Explorar los límites del arte”
Una caja para ahumar con un papel a modo de “sismograma” o “soporte para la memoria”, registrará la explosión de la energía contenida en la naturaleza geográfica. En el caso del pueblo de Chaitén quizás, involucrando el cuerpo, los cabellos, las uñas, los fluidos, pensamientos e intuiciones, etc., por otra parte también, recolectando cenizas, algún objeto del lugar que contenga la naturaleza de las personas que vivieron la erupción del volcán.
El proyecto Sismografía de Chile, busca ampliar esta idea de recolección de imágenes y exponer la expresión irrepresentable y única de fenómenos que no están a nuestro alcance pero forman parte de nuestro suelo perceptivo. Esto repercute en nuestra conciencia y percepción cuestionando de qué forma habitamos el mundo, haciendo visible o simplemente reconociendo lo que está en los repliegues de la memoria de cada una de las personas que participan o forman parte de este sismo. Se registrarán los pulsos de la naturaleza, sus espacios y cotidianidad.
El resultado es una huella generadora de conciencia, es una huella producida gracias a una comprensión profunda, a través de una experiencia plástica directa. Pintura al humo significa trabajar con la huella: funciona por eliminación, no por añadido. La superficie pictórica no es receptora de imágenes incorporadas: la huella es entendida como señal interna que registra lo móvil, lo dinámico y no como imagen externa destinada a reproducir una figura fija, estática.
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